lunes, 24 de noviembre de 2014

Top 10: Momentos memorables de Pokémon Rubí y Zafiro

Mientras disfrutamos de los recién salidos remakes Omega Ruby & Alpha Sapphire, publicamos un nuevo artículo sorpresa en PokÉxtraS.
Si las ediciones Roja, Azul, Oro y Plata fueron las que más disfruté en mis años de infancia y adolescencia, debo admitir que las ediciones Rubí y Zafiro fueron las que más esperé. Nunca antes me había ocurrido con otro juego (ni después, tampoco) de enterarme de su salida y estar pendiente mes a mes a que se acercara la fecha, pensar en posibles equipos, qué starter iba a seleccionar (iba a seleccionar a Torchic porque pensaba que evolucionaría en una imponente ave de fuego estilo Moltres, pero cuando supe que no era así terminé con Mudkip), y detrás de toda esta espera, estaban todas las expectativas. Prácticamente esperaba el juego perfecto, tendría que superar con creces a la edición Cristal, que ya era perfecta (y lo sigue siendo).


Por todo esto, también elegí estas primeras versiones para GameBoy Advance, las ediciones Rubí y Zafiro, para hacer un conteo como el anterior que ya había publicado en el blog sobre las versiones Roja, Azul y Amarilla. ¿Y por qué no tomé también la Esmeralda? Porque considero que a partir de las ediciones de GameBoy Advance la saga de Pokémon cayó en relativa picada a una especie de crisis que nos dio juegos que, si bien me gustaron, no generaron lo mismo que los anteriores, y que repuntó a partir de las ediciones Blanca y Negra. Pokémon Esmeralda es un juego que también me gusta, con novedades interesantes, pero sin embargo no guardo tantos “momentos memorables” como guardo de los juegos anteriores, y ocurre lo mismo con los remakes Rojo Fuego y Verde Hoja. Si bien considero que las ediciones Rubí y Zafiro entran en esta “crisis” a la que me refiero, sí tuve muchos momentos memorables con estas ediciones, sobretodo por el tiempo de espera antes de su salida. Pero mejor comencemos.

10. No ir a Kanto

Si bien se supone que estos conteos con momentos memorables de estos juegos se basan en momentos buenos, positivos, el décimo momento de estas ediciones se trata, en realidad, de un momento algo decepcionante y frustrante.
Pokémon nos tenía mal enseñados: luego de unas increíbles versiones para GameBoy Color, con sistema de día y noche, calendario semanal de eventos, otras regiones que recorrer, etc., muchos esperamos que las versiones nuevas para GameBoy Advance tuvieran estas características, como mínimo, y muchas más.

Si bien el juego nos engaña al comienzo arreglando la hora del reloj de la habitación del protagonista (que sirve más que nada para eventos temporales como el crecimiento de bayas o la subida y bajada de la marea de la Cueva Cardumen), en este juego no existe el día ni la noche… ok, es perdonable. Pero erróneamente pensábamos que, luego de pasada la liga, y con los puertos y barcos que habíamos visto, era claro que habría más aventura, más allá del final del juego, ya queríamos ir nuevamente a Kanto o a Johto… pero no, el juego no tenía más lugares que visitar, y si bien hoy es entendible porque sabemos las limitaciones de los cartuchos, en esa época no éramos conscientes de esas cosas… en este sentido, las ediciones Rubí y Zafiro fueron algo decepcionantes.

Obviamente, esta imagen es falsa... pero hubiese sido genial...

Pero igual, esa molestia pasó y estos juegos se convirtieron en una de las versiones que más disfruté, no tanto como las de GameBoy Color, pero sí más que las posteriores. Podríamos recorrer Kanto años después con gráficos totalmente renovados en las ediciones Rojo Fuego y Verde Hoja, y fin del tema. Pero igual, esta pequeña decepción forma parte del conteo, en el décimo puesto, como un recordatorio de las expectativas altísimas que puse en estos juegos siendo niño, y que al final no se cumplieron.

9. Pinturas

Luego de haber disfrutado las ediciones Oro y Plata, con una cantidad enorme de misiones para hacer una vez acabado el juego (que fueron las que inspiraron a las secciones de Información Extra de este mismo blog), era esperable que las nuevas versiones de GameBoy Advance presentaran un “metagame” más extenso e interesante.

La ausencia de la posibilidad de viajar a Kanto y Johto fue una decepción, como comenté en el momento anterior, pero una decepción más bien inocente.
Sin embargo, las esperanzas no estaban perdidas, y Hoenn nos presentaba una cantidad considerable de lugares que descubrir e investigar, como la misteriosa Cueva Cardumen, la guarida de los Bagon en la Cascada Meteoro, el Beldum que nos regalan en Ciudad Algaria, algunos accesibles solo por eventos especiales como la Isla del Sur, y un sinfín de etcéteras.

Pero el momento que ocupa el noveno lugar refiere a un lugar que me partió la cabeza por mucho tiempo, y refiere al Museo de Ciudad Calagua, en el segundo piso, que nos presentaba una habitación llena de cuadros en blanco, vacíos, los cuales, obviamente, se conseguirían luego de cumplir ciertas misiones, pero, ¿qué misiones?


Al tiempo, con ayuda de internet, vi una foto de ese mismo lugar con todos los cuadros colocados, y fue una sorpresa. Si bien el método para conseguir los cuadros no es nada del otro mundo (solo hay que ser brillante en los concursos), los mismos sirvieron de incentivo para investigar una y otra vez a esta excelente región.


Por esto las pinturas de este museo ocupan el noveno lugar del conteo. Porque por mucho tiempo fueron la prueba de que este juego aún tenía muchas cosas por descubrir.

8. Melodías conocidas 

Cuando hablamos de los 10 momentos más memorables de Pokémon Rojo, Azul y Amarillo, coloqué el pasaje por el S.S. Anne del juego como uno de los mejores momentos de la aventura, y uno de los toques especiales de dicho momento era la música:


El museo oceánico de Ciudad Portual siempre me gustó porque era todo un rejunte de guiños a momentos y características de los juegos anteriores. Allí, encontrábamos muestras de las aguas de Kanto y Johto, además de que aprendíamos algunas cosas interesantes científicamente reales de la temática, y una maqueta del mismísimo ya mítico S.S. Anne.


Además de esto, este es un gran momento del juego por el simple hecho de que la música es una remasterización de la melodía del mismo S.S. Anne en las versiones Roja y Azul, y como les he dicho en más de una oportunidad, es una pieza musical que me encanta. Con eso basta.


7. Paseo en barco.

En este puesto me decidí por un momento que, si bien no es la gran cosa, para nada, es una curiosidad, y es la primera vez en toda la saga en la que se produce un evento de este tipo.

En sí, como ya dije, no es la gran cosa, pero sin embargo se trata de algo interesante, que representa una sub-trama dentro del juego, que gira en torno al señor Arenque y a su inseparable Wingull llamado Peeko.


A estos singulares personajes los conocemos en el túnel Fervegal, aquella cueva característica por su tonalidad verde/amarillenta y su niebla constante, habitada únicamente por Whismur, donde el equipo malo del juego (ya sea el Magma o el Aqua, dependiendo de la edición que estén jugando) secuestra a Peeko, y el capitán nos pide ayuda, y por ayudarlo, el nuevo amigo nos estará debiendo un favor.

Luego de esto, nos damos cuenta que el capitán vive en esa casa vacía que encontramos un tiempo antes, antes de adentrarse en el Bosque Petalia, y allí lo veremos de nuevo corriendo por todos lados con su inseparable amigo Pokémon.
Momento de saldar la deuda, el capitán nos hace el favor de llevarnos al Pueblo Azuliza, esencial para permitirnos continuar con nuestra aventura.


Así que este es el momento número 7, el paseo en barco que nos abre nuevos horizontes, adentrándonos un poco en la trama, conociendo personajes nuevos, y paseando por una ruta larga de agua en la que luego tendremos que investigar surfeando (este juego contiene, si no me equivoco, las más grandes –y desesperantes- extensiones de agua de toda la saga, al encontrarse en una isla).

A modo de curiosidad, una vez acabada la liga y desbloqueando la posibilidad de viajar en el S. S. Marea, descubriremos que el señor Arenque ha sido nombrado capitán del barco.

6. Túnel Fervegal y la Cascada Meteoro

Bueno, ya hablé de una de estas cuevas en el momento anterior, pero me pareció merecedora de un momento propio ya que es una magnífica prueba de la evolución gráfica a la que se estaba adaptando la saga en su salto al GameBoy Advance.

Ya saben, en las ediciones de GameBoy, las cuevas no destacan mucho entre sí, teniendo todas un aspecto gráfico bastante similar, aunque en la edición Crystal destaca mucho la Ruta Helada (que fue remodelada para esta edición en particular).
Y si bien en estas nuevas ediciones hay otras tantas cuevas cuyo diseño, aunque bueno, no escapan de lo que es el estilo rocoso amarronado, hay dos cuevas en particular que quedarán grabadas en la retina de todo jugador que se aventure a atravesar esta región de Hoenn.

La primera de ellas es en realidad un túnel cavado por humanos, que une las ciudades Férrica y Verdegal, llamado justamente Túnel Fervergal, que no está terminado porque notaron que la maquinaria y demás acciones humanas anti-naturales repercutía negativamente en la vida de los Pokémon de la zona, en los Whismur principalmente.


Lo curioso es que el túnel no está terminado, y en él conoceremos a una pareja de ambas ciudades que no puede verse por este motivo, y que quisieran que el túnel se finalice para poder verse más seguido, sin necesidad de dar toda la vuelta en el mapa.
Será nuestro trabajo usar el Golpe Roca para poder destrozar los últimos obstáculos, y así poder unir a la pareja, y tener una vía rápida para pasar de una parte de Hoenn a otra.

La cueva tiene un anexo en el cual se podrá salir a un lugar en el que se encuentran las Gafas de Sol, y unos cuantos lugares bien escondidos para hacer nuestra base secreta.
El interés de este túnel no va más allá de eso, pero es su destacable diseño el que hace que conocerlo por primera vez sea un momento memorable del juego.

La otra cueva que restalta en el juego es la Cascada Meteoro, una cueva de un llamativo color dorado, llena de cráteres, Pokémon raros como Solrock, Lunatone, y en un área bastante profunda, Bagon.


En ella también tendremos un encuentro con el equipo malvado del juego, y es bastante más grande que el túnel Fervegal, con más áreas que explorar y algunos lugares accesibles solamente con el Surf. Obviamente, en esta cueva con este nombre, no puede faltar la Piedra Lunar.


En la edición Esmeralda la cueva cambia su llamativo color amarillo por un violeta, que si bien queda igual de bien, no es tan admirable como el amarillo original. Cambio de color, quizás, para hacerla parecer más oscura.

Cascada Meteoro, versión Esmeralda.

Obviamente que Hoenn cuenta con otras tantas cuevas interesantes para recorrer, pero que estéticamente tienen la peculiaridad de estas. Tenemos la Cueva Granito, donde encontraremos monstruos valiosos como Aron o Sableye, la Cueva Cardumen, que tiene la particularidad de que si la visitamos cada tanto tiempo, la marea bajará y nos permitirá acceder a sus profundidades, o alguna que otra cueva submarina, sin mencionar la infaltable Calle Victoria.

5. La Ruta 113

Esta es la ruta más al norte de Hoenn, y se encuentra entre el desierto (al que, cuando llegamos por primera vez, no podemos acceder) y el Pueblo Pardal.
Quizás se pregunten cómo puede una ruta en sí ocupar un puesto de la lista, o qué puede tener de especial una ruta, y la respuesta es que todo.

La Ruta 113 se caracteriza por encontrarse cerca del volcán de Hoenn, y por lo tanto, está en una constante lluvia de ceniza que pinta toda la ruta de un gris amarillento.
Es curioso ver cómo a medida que caminamos por la hierba alta, la misma se va “limpiando” de esta ceniza y recuperando su característico color verde.


En esta ruta, encontraremos muchos niños ninja con los cuales pelear, muchos de ellos escondidos bajo las cenizas. Además, encontraremos la casa del vidriero, un personaje que tiene un taller que permitirá crear objetos de vidrio a partir de la ceniza, y nos regalará el Saco de Hollín, con el cual podremos recoger cenizas caminando por la hierba alta, para poder obtener flautas de vidrio.


Pero más allá de lo gráfico, la característica que hace que esta ruta obtenga esta posición es la música. La Ruta 113 tiene una de las mejores melodías del juego, y quizás de la saga, y no sé por qué razón, esta melodía más que ninguna, fue de las que más se me quedaron grabadas y más representan estas versiones para mí.


Por todos estos motivos, el pasaje por la Ruta 113 se convierte en el quinto mejor momento de este conteo.

4. Nao Abandonada

La Nao Abandonada es un barco encallado que aparece en la Ruta 108, y lo vemos por primera vez cuando el señor Arenque nos está llevando en barco desde Pueblo Azuliza a Ciudad Portual.


Este momento, para mí, es comparable con el del Snorlax comentado en los 10 momentos de las versiones Roja y Azul, y con esto me refiero a que nos encontramos con un lugar al que no podemos acceder en un primer momento, pero que sabemos que más adelante podremos acceder. Cruzar ese barco, y entrar en él, fue algo que me generó mucha curiosidad cuando lo vi por primera vez. Es cierto que por dentro es bastante pequeño para mi gusto, pero sin dudas es un gran momento.


Es interesante entrar a investigarla, descubrir los pasajes ocultos que tiene, y los objetos extraños que se encuentran allí. Es una de las más entretenidas misiones “post-liga” que no tienen nada que ver con la trama principal.

3. Subir al volcán

Lo que hay que tener en cuenta para poder entender todos estos momentos es el contexto en el que estábamos en esa época en lo que refería a juegos de las consolas portátiles de Nintendo, y no solo eso, sino a lo que era Pokémon en su momento.
Luego de la salida del Nintendo DS y los primeros pasos de Pokémon en el 3D (hasta la salida de las versiones X e Y, donde el 3D fue total) es claro que las ediciones en 2D han quedado un poco obsoletas. Si bien las versiones de GameBoy Color, con sus gráficos “retro” aún tienen un encanto enorme, las versiones de GameBoy Advance, en mi opinión, son las que peor han envejecido, más aun teniendo en cuenta que las primeras versiones de DS son similares, gráficamente, pero “mejorcitas”.


Con toda esta perorata voy a este momento que ocupa el tercer lugar, y el mismo no es más que una escena de transición entre un lugar y otro. Podría compararla, por ejemplo, con la escena de cuando el S.S. Anne se marcha de Ciudad Carmín en las ediciones Roja y Azul, o cuando viajamos en el tren de las ediciones Oro, Plata y Cristal. Pero teniendo en cuenta que esta vez estábamos viendo el potencial del GameBoy Advance, la escena que ocupa este momento se convirtió en mi favorita de todo el juego. Me refiero a la escena en la que el protagonista sube, a través de un teleférico, al Monte Pírico, el volcán de la región de Hoenn.

Todo en este momento es memorable. Los gráficos coloridos, el movimiento del escenario, y la música. Es simple, pero muy memorable. Ver una escena así en esa época era igual de maravilloso que otras cosas que nos presentaron estas versiones de GameBoy Advance, y que hoy son tan insignificantes.


(el video es de Pokémon Esmeralda)

2. Azurill y Wynaut

Cada vez que se presenta una nueva generación, lo que siempre espero con curiosidad son las nuevas evoluciones y pre-evoluciones que presentarán. La segunda y cuarta generación se caracterizaron por tener gran cantidad de estas criaturas, la quinta no fue tan así, y la sexta solamente tuvo una (Sylveon, si no contamos las mega-evoluciones). Pero la tercera generación hizo un amague, dos de los primeros pokes nuevos en ser presentados fueron, justamente, pre-evoluciones de pokes viejos, y por eso llegué a pensar que habrían más, pero no fue así, pero, pero es nada, y por eso estos dos nuevos Pokémon ocupan el segundo puesto de los momentos inolvidables referidos a Pokémon Rubí y Zafiro: la presentación de Azurill y Wynaut.

Afortunadamente, la cuarta generación subsanó este amague, presentando una gran cantidad de evoluciones y preevoluciones de monstruos de las generaciones anteriores.


Imágenes de los juegos durante la etapa de desarrollo. En las cuales, además de deleitarnos viendo el apartado visual de los nuevos juegos y esos extraños Pokémon nuevos, nos maravillábamos descubriendo esas obvias preevoluciones de Marill y Wobbuffet

1. Huellas, reflejos y sombras.

Y para el primer puesto elegí, justamente, lo primero que vimos de estas ediciones, las primeras fotos en salir a la luz (que son las que coloqué aquí debajo), mostrando lo que era el juego en la parte de exploración (tuvimos que esperar un tiempito más para ver fotos del juego en el sistema de batallas).
No por nada los desarrolladores publicaron tres fotos en particular, y en cada una de ellas se veía algo nuevo e interesante que, si bien en la actualidad no llama la atención para nada, en esa época era un bombazo, lo que resulta cómico, que con tan poco nos hayamos maravillado tanto.

Me refiero a las tres fotos promocionales que mostraban al protagonista de estos juegos caminando por diferentes lugares, una playa, un puente y una pradera, destacando en cada uno de estos lugares una característica que mostraba cómo el pasaje del personaje por esos lugares “interactuaba” con el entorno: en la imagen de la playa veíamos cómo iba dejando huellas en la arena, en la del puente se podía ver la sombra debajo, y en la de la pradera, el personaje caminaba por un charco de agua en el que se veía claramente su reflejo.


Esas tres fotos en particular me encantaron, y nos mostraba que las ediciones de GameBoy Advance no decepcionarían para nada, el salto generacional gráfico se aprovecharía excelentemente con un apartado visual muy bueno, que si bien hoy ya nos resulta obsoleto y plano (eclipsado totalmente por gráficos de la cuarta generación), en su momento nos parecían excelentes.

Más adelante salieron otras fotos, mostrando el muelle del Pueblo Azuliza (en el que el agua se ve diferente, y aparece un personaje con diseño beta), y otra en Ciudad Férrica, frente al edificio de Devon S. A. Aunque aumentaban el hype, no lo hicieron tanto como las primeras tres.


¿Y por qué este fue el momento que ocupa el primer puesto? Porque con las ediciones Rubí y Zafiro tengo una relación de amor-odio. 
Realmente estuve todo el año 2002 esperando a que salieran, sin mencionar todo el tiempo antes de ese año en el que estaba seguro de que, con la salida del GameBoy Advance, Pokémon daría un salto que significaría mejoras de todo tipo.
Pues bien, ese 2002 siendo un niño grande, se hizo bastante largo, buscando en internet fotos nuevas de los juegos, adelantos, ideando posibles equipos, conociendo a los starters y decidiendo empezar con Torchic (es que vamos, un pajarito de fuego debe evolucionar en un ave de fuego al mejor estilo Moltres, pero no, al jugarlo por primera vez decidí usar a Mudkip) y demás.


Para la fecha de salida, pude conseguir los roms un tiempo antes, al menos para darle una probadita inicial al juego, con un emulador que se veía lento, y con errores en los colores, prácticamente injugable, pero igual lo jugaba, era lo que más quería hacer en ese entonces, hasta que por un error del mismo emulador, no pude avanzar más allá de la Cueva Granito… La cosa es que terminé el juego en japonés de cabo a rabo (cosa que hoy no haría de ninguna manera), para luego volver a jugarlo en inglés… cuando salió en Español, ya no estaba tan emocionado por jugarlo…

Y bueno, esa es la parte del “amor” por estas ediciones… y la parte del “odio” dejémosla para ESTE ARTÍCULO, ya que acá estamos para recordar los mejores momentos de estos juegos.

Y así termina esta serie de artículos nostalgiosos sobre los mejores momentos brindados por las primeras ediciones de Pokémon. ¿Que por qué no hago más artículos de estos con las ediciones posteriores? Porque si bien fueron juegos que jugué, me gustan, y disfruté, no fueron juegos en los que profundicé tanto ni jugué tantas veces como para haber vivido tantas experiencias como con las tres primeras generaciones. Básicamente, jugué a las ediciones de GameBoy y GameBoy Color cuando aún iba a la escuela, lo que significaba MUCHO tiempo libre, MUCHA paciencia, y pocas actividades que hacer. En esa época disfruté de estos juegos de una forma que jamás volveré a disfrutar, aunque quiera, por falta de tiempo y paciencia. Las ganas de conocer estos juegos totalmente, y la única forma de hacerlo era investigando uno mismo. Hoy, sale el juego, y a las pocas semanas ya está todo en internet. Y con la tercera generación, como ya dije, influye mucho ese tiempo de espera que duró más de un año. Ya con los remakes de las ediciones Rojo y Azul, juegos que si bien disfruté mucho, ya no se cuentan tantos “recuerdos memorables” como para hacer un top 10.
Espero que hayan disfrutado de esta tanda de artículos dedicados a los recuerdos de las primeras ediciones de Pokémon.
Nos leeremos pronto con más artículos, y recuerden que pueden compartir en los comentarios sus propios momentos memorables.

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